Arquitectura contemporánea en Andalucía, el aprendizaje de la luz
Para conocer la arquitectura andaluza, podemos hablar de materiales, de estructuras, de construcción o del propio diseño. Pero si queremos aprender de su esencia, hay que hablar obligatoriamente de la luz. Es, sin lugar a duda, la clave que construye nuestros espacios. De hecho, acercarse a nuestra arquitectura, tanto la histórica como la contemporánea, es descubrir las estrategias para transformar la luz en un material. Porque la luz se puede diseñar y eso es lo que en Andalucía, como en todo el Mediterráneo, ha hecho la arquitectura a lo largo de la historia: moldear la luz para hacerla habitable. Pero depende de cómo se utilice, la arquitectura puede llegar a ser bella, cómoda, e incluso puede ser vibrante; aunque, eso sí, en exceso la luz llega a incomodar. La tamización exacta de la luz para permitir una atmósfera adecuada para cada actividad, es esencial en el sur.
Espacios acogedores por el control de la penumbra
Por otro lado, se utiliza y domestica la luz como un material más con el que trabajar, que se derrame por superficies, pero también para buscar su opuesto: la sombra. Porque se necesitan “penumbras acogedoras”. Este término, acuñado por el arquitecto granadino Antonio Jiménez Torrecillas, revela uno de los principales objetivos de nuestra arquitectura: encontrar espacios donde el ojo descanse, lugares acogedores que nos relajen, en oposición al exterior sobreiluminado.
La luz en ejemplos de distintas épocas
En los tours guiados por Andalucía se pueden visitar ejemplos maestros históricos, como el mágico espacio muy bien conservado, del Bañuelo, un hammam (baño árabe) del siglo XI. Su control de la luz nos obliga a bajar la voz nada más entrar y nos transmite tranquilidad y paz.
El famoso “patio andaluz” deviene precisamente de la necesidad de buscar entradas de luz controladas y matizadas a los edificios, además de dar espacios exteriores protegidos de sombra, que poder disfrutar. La evolución desde la tradicional construcción en patio hasta la manera contemporánea de interpretarlo, traza rutas en las que descubrir cómo este elemento de tradición romana, ha construido las ciudades andaluzas. Podemos verlo en espacios tan interesantes como Rompemoldes en Sevilla de Ochoa Castileiro y Guerrero Durán (2012), o Caja Granada (2001), que su autor Alberto Campo Baeza definió como un impluvium de luz.
Andalucía es mucho más que sol: es arquitectura de la luz, o podríamos decir también, del uso sabio de la sombra. Se pueden conocer todas las estrategias del uso de la luz como material fundamental, de la mano de tours profesionales para arquitectos por Andalucía, por sus distintas ciudades, bien de interior, de montaña o de costa. Un viaje de sensaciones, emociones, conocimiento y, por supuesto, luz.
Texto: Blanca Espigares Rooney, Masquetours
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