Arquitectura sostenible para niños en Budapest
¿Cuánta arquitectura se puede esperar de niños de tres a seis años de edad? ¿Qué tipo de concepto debe tener un jardín de infancia en el siglo XXI? y ¿Puede una guardería comunicar un mensaje a sus pequeños usuarios?
En el distrito 13 de Budapest, diversos constructores privados y públicos han ido creando edificios innovadores y sostenibles. El jardín de infancia “Meséskert”, ubicado en la calle Kassák Lajos, abrió en el verano de 2016 y no es sólo una nueva joya arquitectónica más del distrito 13, sino que es también un proyecto muy exigente en lo que se refiere a construcción sostenible.
Un principio prefabricado
En la década de 1980, ya se había construido un jardín de infancia en el mismo emplazamiento, en forma de edificio prefabricado, rodeado de oficinas y edificios de viviendas de varios pisos. El mal estado de ese edificio previo junto a la creciente demanda de jardines de infancia, animaron al municipio a construir un nuevo centro para los más pequeños, más grande y sostenible, en el mismo lugar.
Los arquitectos Csaba Nagy y Károly Pólus, del equipo ARCHIKON, diseñaron un edificio compacto blanco, ubicado en la zona más próxima a la calle de acceso. El gran jardín exterior en la parte tranquila de la parcela – como sucedía en el edificio anterior – se mantiene libre para jugar.
Las 16 estancias para 25 niños se reparten en dos plantas y los ocho grupos en la planta baja tienen acceso directo al jardín exterior. Para los otros ocho grupos en la planta superior, hay una terraza con zonas sombreadas y zonas abiertas en las incisiones de forma circular, rectangular y triangular, recordando a un cubo educativo de juguete para niños. La gama cromática del edificio es moderada, limitada al blanco del yeso exterior y al amarillo sol del interior. Las áreas administrativas, la sala de terapia de sal, la sala de escalada vertical y el comedor están situados hacia la calle.
Un cuento de hadas técnico se hace realidad
Además del vocabulario arquitectónico restringido, los clientes y arquitectos también optaron por un concepto de construcción sostenible: pared de 25 cm de grosor y aislamiento de techo de 40 cm de espesor, triple acristalamiento y tecnología moderna hacen del «cuento de hadas» no sólo el jardín de infancia más ecológico Hungría, sino también toda una declaración que muestra a sus pequeños ocupantes que la arquitectura es más que un juego de formas y colores. Si todo va bien, después de acudir al jardín de infancia durante más de tres años, los niños no sólo habrán aprendido pintura, canto y juegos, también habrán adquirido mucha responsabilidad para su propio futuro.
Texto: Arne Hübner, de Guiding Architects Budapest.
Primera imagen: “The shady rooftop of the ‘Meséskert’ kindergarten in Budapest. Copyright: Tamás Bujnovszky”.
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