Arquitecturas rehabilitadas en Andalucía
La rehabilitación, recuperación y reutilización de los espacios construidos es una de las constantes de la disciplina arquitectónica a lo largo de la historia, y es en la actualidad una de las herramientas esenciales en el desarrollo urbano, tanto desde el punto de vista de la sostenibilidad como de la conservación del patrimonio. Andalucía, región que cuenta con alguna de las ciudades más antiguas de Europa, ofrece innumerables buenos ejemplos de arquitecturas recuperadas que descubrir en una visita profesional para arquitectos e ingenieros, pero también para los visitantes curiosos que se interesen por descubrir qué hay detrás de algunas de las decisiones de proyecto fundamentales que a veces hay que tomar cuando se interviene sobre el patrimonio existente.
Sevilla: recuperar la esencia
En Sevilla, el edificio del espacio de creación y exposición de arte contemporáneo –CICUS- sigue la estela de innumerables trabajos de rehabilitación y reutilización que se han venido desarrollando en Sevilla y Andalucía desde finales de la década de 1980, poniendo en valor su enorme patrimonio construido. Este espacio cultural, diseñado por el estudio Sol89, fue originalmente un convento en el siglo XVI y posteriormente un espacio universitario.
En la intervención se ha dejado prácticamente desnuda su estructura, tanto la original como la de los añadidos posteriores, en un ejercicio de economía formal. El objetivo es posibilitar la mayor cantidad de actividades artísticas, tanto de producción como de divulgación, incluida la utilización del propio edificio como elemento de intervención y creación por parte de los artistas. La intervención fue una de las 35 nominaciones españolas a los premios Mies van der Rohe de 2015.
Córdoba: reutilizar arquitecturas llenas de historia
A poca distancia de Sevilla, el reto al que se enfrentó el equipo de arquitectos de LAP fue cómo integrar un centro de congresos en un antiguo hospital medieval, situado en el corazón de la antigua judería de Córdoba, justo enfrente de la mezquita-catedral. En la primera fase de la intervención, dirigida por ellos, el edificio ofrece un ambiente pausado, lleno de bellas escenas, que integran pasado y presente con gran naturalidad, sin hacer grandes estridencias formales ni alardes constructivos, en consonancia con una forma de intervenir en el patrimonio que viene siendo probada por los arquitectos andaluces contemporáneos desde hace tiempo.
Menos es más se aplica con acierto a este caso en el que se han cuidado todos los detalles, como los sutiles recursos utilizados para conseguir una sala principal con múltiples posibilidades funcionales.
Granada: integrar el pasado en una infraestructura moderna
Por su parte, la construcción de nuevas infraestructuras en ciudades históricas se topa a menudo con fragmentos del pasado que se creían perdidos. Así sucedió durante la construcción de una estación de metro de Granada, cuando aparecieron los restos de una gran alberca del siglo XIII, escenario de las naumaquias de la corte musulmana.
Mediante una solución de corte brutalista pero extremamente delicada allí donde es necesario, el arquitecto Antonio Jiménez Torrecillas fue capaz de conseguir, mediante una ingeniosa solución estructural, que una parte de la alberca atraviese el espacio de la estación sin necesidad de haber sido desmontada, posibilitando además acceder hasta ella para contemplarla de cerca.
Málaga: urbanismo revitalizador
Comparada con estas tres grandes capitales andaluzas, Málaga se ha situado históricamente en un peldaño inferior en cuanto a tamaño y significación.
En la actualidad, sin embargo, la ciudad se está convirtiendo en uno de los centros urbanos más poblados y dinámicos de toda Andalucía, y su despegue como destino cultural ha estado íntimamente ligado a la rehabilitación y puesta en valor de su patrimonio, tanto urbano como edificado.
Dos proyectos de principios de la década de 2000 marcaron con fuerza la línea a seguir:
El primero, la recuperación de su centro histórico a través de un meticuloso proyecto de renovación urbana y peatonalización, que también lo conecta con el recinto portuario, incorporado ahora al disfrute ciudadano.
El segundo, la inauguración del Museo Picasso, ubicado en un antiguo palacio renacentista frente al recuperado teatro romano.
Hoy, casi 20 años después, gran parte de los espacios culturales de la ciudad se alojan también en edificios rehabilitados, como el Centro de Arte Contemporáneo, en el antiguo mercado de abastos, la colección de arte Carmen Thyssen, también en un palacete renacentista, o el Museo Arqueológico y de Bellas Artes, que abre por fin al público el hermoso edificio de la antigua aduana portuaria.
Reutilizar, renovar, recuperar. No hay otro camino.
Texto: Blanca Espigares Rooney, Elena García Crespo, GA-Andalucia
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