Atención a los huecos: cirugía urbana en Rotterdam
La ciudad de Rotterdam está experimentando una revolución, principalmente gracias a sus tres nuevos iconos arquitectónicos: la Estación Central de Team CS, el Mercado de MVRDV y el rascacielos De Rotterdam de OMA. Los medios internacionales aclaman la metamorfosis de la ciudad portuaria y cómo ha evolucionado de ser la hermana pequeña fea de Ámsterdam hasta ser su hermana más genial e interesante.
Pero a pesar de los iconos brillantes, Rotterdam todavía ofrece un amplio margen de mejora. Su tejido urbano presenta cicatrices y se cuentan muchas partes de atrás desoladas y vacíos olvidados. Al mismo tiempo, el centro de la ciudad de la época de posguerra no dispone de suficiente espacio residencial, motivo por el que en 2012, el municipio inició el programa “Klein & Fijn” (Pequeño y Bonito). Se levantó un mapa que registra todos los huecos en el centro de la ciudad que se podrían rellenar para albergar hasta 30 nuevas viviendas.
Espacio para experimentos
En los últimos años se han realizado varios proyectos de cirugía de este tipo, incluidos algunos que se encuentran más allá de los límites del mapa inicial del programa “Klein & Fijn”. Lo que comparten todos estos proyectos es que lo que las parcelas no ofrecían en metros cuadrados lo ofrecían en espacio para la creatividad y los experimentos.
En Gouvernestraat, todas las casas tienen fachadas de ladrillo, al igual que la última incorporación a la calle, construida en 2016. La casa está situada en un espacio estrecho junto a un pequeño pasaje que conduce a un patio público. Lo que no se ve inmediatamente es que los ladrillos, desarrollados por el estudio de arquitectura Architectuur MAKEN, son especiales: están hechos de desechos de construcción reciclados y es aquí donde se han usado por primera vez en una fachada. La composición inusual de los ladrillos se aprecia en las piezas de la parte superior, que se plantan por la mitad y exponen su interior moteado, con partículas de vidrio y cerámica. En el interior, hay cuatro plantas, cada una formada por un gran espacio abierto de cuatro por ocho metros, más una terraza en el último piso.
Aún más estrecha es una casa en el norte de la ciudad, acertadamente llamada SkinnyScar. Con un ancho de 3,70 metros, la brecha en una hilera de casas históricas era demasiado pequeña para una nueva vivienda de acuerdo con la normativa de construcción oficial, que requiere una parcela de 4,50 m de ancho. Pero esto no disuadió a Gwendolyn Huisman y Marijn Boterman. Después de dos años de negociaciones con el municipio, la pareja de arquitectos logró comprar la parcela y realizar la casa de sus sueños en 2016. La fachada de la calle, hecha de ladrillo marrón oscuro, está bastante cerrada, excepto por dos ventanales y tres ventanas escondidas detrás de una celosía. La fachada del jardín, en contraste, cuenta con una gran fachada plegable de vidrio con amplias aberturas. En el interior, hay tres pisos de 20 m de profundidad sin puertas ni pasillos. Un núcleo central compacto, rodeado por la escalera, ofrece espacio de almacenamiento y crea estabilidad.
Construyendo sobre no parcelas
Sin embargo, el rey sin corona de los pequeños edificios intersticiales de Rotterdam es el arquitecto Joost Kühne. Ha realizado varias de estas viviendas en huecos urbanos, comenzando con su propia oficina en Boomgaardstraat en 2009. El edificio de 54 metros de longitud, pero de solo 5 metros de profundidad, se erigió en un no solar, apoyándose en pilotes sobre un aparcamiento existente, por lo que no hubo que sacrificar ninguna plaza de aparcamiento. El edificio de ladrillo alberga oficinas y un apartamento de 220 m2 en el último piso.
A la vuelta de la esquina se ubica otro proyecto de Kühne & Co, aunque debería decirse que ‘cuelga’. Boomgaardhof es un vacío entre dos calles, alineado por la parte posterior de los edificios y utilizado como un área de carga y descarga y aparcamiento. En 2010, Kühne & Co realizó un pequeño proyecto de relleno sobre la entrada de este patio, colgando a una altura de 5,50 metros. La escalera se encuentra en un volumen estrecho de hormigón con bordes redondeados, adosado a las casas de preguerra existentes en el lado norte. Las vigas mixtas cubren el vano hasta el edificio de posguerra del lado opuesto, de menor altura, donde dos pilares de acero sostienen la estructura, creando una construcción tipo mesa. Las fachadas consisten en vigas de acero y paneles de ladrillo prefabricados, con ventanas dispuestas de forma diferente en la parte delantera y trasera por razones de privacidad. En el interior se encuentra un apartamento de 150m2 y 50 m2 de espacio para oficinas, aunque solo se usaron 26m2 de planta baja para la construcción.
Como muestran estos edificios, las pequeñas intervenciones a veces pueden ser tan interesantes como los nuevos iconos gigantescos. Pero lo más importante es que estos proyectos de cirugía urbana en Rotterdam demuestran que las nuevas extensiones de ciudad, que consumen mucho espacio, podrían no ser la única respuesta a la demanda de vivienda. Quizás los arquitectos, los municipios y los inversores solo necesiten abrir los ojos y ocuparse de los vacíos.
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Texto: Anneke Bokern de architour, miembro de Guiding Architects en Ámsterdam y Rotterdam.
Primera imagen: “House in Gouvernestraat by Architectuur MAKEN (2016). Copyright: Ossip van Duivenbode”.
http://architectuurmaken.nl/projecten/zelfbouw-rotterdam/
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