Benidorm mira al futuro

En los años 50 el alcalde franquista Pedro Zaragoza tuvo una visión sobre Benidorm y la desarrolló con empeño, cambiando para siempre la historia del lugar. Zaragoza convirtió un pueblecito pesquero en un referente turístico mundial. Promovió un planeamiento urbanístico visionario para la época, fue un precursor de lo que hoy llamamos marketing de destino y sentó las bases de un modelo económico turístico. Aprovechó el potencial de la magnífica situación geográfica y climática del enclave.

Benidorm, love or hate it. Photo by: ©Kai Försterling
El turismo de sol y playa como motor de desarrollo económico de Benidorm ha sido un éxito durante 60 años, pero tiene los días contados. Se avecina un nuevo ciclo condicionado por el aumento de la temperatura de la Tierra y una creciente sensibilidad ciudadana hacia formas de vida sanas y sostenibles. Los nuevos viajeros se preocupan por reducir la huella ecológica y son sensibles a la economía circular. Se aprecia un creciente interés por la renaturalización de los entornos urbanos, y la restauración de los paisajes naturales autóctonos.

Benidorm Town Hall. Photo by: ©Kai Försterling
La transición no será fácil, pero Benidorm parte con ventaja. Su pionera apuesta por un urbanismo de alta densidad hace que los recursos se usen de forma mucho más eficiente que en otros destinos turísticos. La movilidad en Benidorm es otra ventaja respecto a modelos de urbanismo extensivo dependientes del vehículo privado. Una apuesta por la explotación de grandes hoteles en contraposición a la venta de apartamentos en régimen de propiedad privada convierte a Benidorm en una economía flexible ante los retos que se avecinan.

Benidorm waterfront. Photo by: ©Kai Försterling
Imaginemos por un momento algunas características del nuevo Benidorm. Rascacielos recubiertos de vegetación y masas arbóreas en sus calles. Una oferta cultural y familiar para un modelo de turismo responsable y desestacionalizado. Puesta en valor de una gastronomía basada en el producto local kilómetro cero. Uso eficiente de los recursos naturales, generación de energía renovable y un plan de reciclaje. Una movilidad pública eficiente y sostenible que vertebre el territorio. Una ciudad inclusiva con acceso a la vivienda y oportunidades de trabajo decentes.

Promenade. Arq. Carlos Ferrater. Photo by: ©Kai Försterling
Benidorm tiene la suerte de que su futuro ya no depende de un alcalde visionario y el beneplácito de un dictador. Ahora recae en los empresarios, los ciudadanos y sus representantes políticos la oportunidad y responsabilidad de definir las necesidades de nuestras ciudades. Unas ciudades en las que las futuras generaciones vivan mejor.
Texto: Boris Strzelczyk, GA Valencia