Caminar, guiar y ejercer
Como arquitecto que guía, a menudo enmarco las rutas que hacemos como una especie de proyecto de investigación público; el lado público de una práctica privada. Pero esto es poco sincero y devalúa la contribución que guiar aporta al ejercicio de la arquitectura. Entonces, ¿Cómo se relaciona guiar con la práctica de la arquitectura? ¿Cómo perfila el guiar nuestro trabajo como arquitectos?
El arquitecto entiende el por qué y el cómo de una ciudad. Operamos en un mundo donde el dinero, la política y la cultura se cruzan y entienden la miríada de fuerzas, a menudo en conflicto, que dan forma a la ciudad. Como generalistas en un proceso dominado por especialistas, un poco como el director de una película o el director de una orquesta, el arquitecto debe apreciar todas las disciplinas sin dejar de ser dueño de ninguna. Por necesidad, el arquitecto debe ser un comunicador formidable, ya que es a través de dibujos, maquetas y palabras que su visión se comunica. Sabemos que las líneas y las palabras tienen consecuencias, por lo que deben utilizarse de forma económica.
Y luego hay una narrativa; narrativa en el sentido de que cada buen proyecto intenta decir algo y relacionarse con su contexto, programa y propósito de una manera particular. Hay una precisión para su pensamiento y su manifestación, por lo que el arquitecto como guía y susurrador de la ciudad encaja perfectamente, ya que está en la mejor posición para compartir la narrativa oculta de una ciudad.
¿Pero cómo la guía modifica la práctica?
Los tours tienen una estructura conceptual y geográfica clara, pero también son hilos temáticos iterativos que surgen a lo largo del tiempo. Cada recorrido es un ejercicio de narración; hay héroes y villanos, hay un principio, un medio y un final, también hay humor y todos estos elementos ayudan a dar vida a las fachadas, revelando silenciosamente sus programas ocultos. El guiar es una práctica en la que el arte de mirar, interactuar y comunicarse a través de espacios públicos en tiempo real agudiza la mirada.
La naturaleza interconectada de la política, la cultura, la economía y el medio ambiente se hace más evidente con el tiempo, la arquitectura actúa como un significante de las ideas y fuerzas vibrantes que empujan y tiran de Sydney como sus mareas. Uno entiende pero también siente que la arquitectura no se trata solo de cosas y el espacio entre esas cosas. No; la arquitectura se trata de crear lugares significativos para que las personas trabajen, descansen y jueguen.
Como dice la destacada crítica Elizabeth Farrelly; hicimos la ciudad, no la encontramos. Entonces, una ciudad y la arquitectura de una ciudad revela quiénes, qué y por qué somos.
Para el arquitecto, guiar es una extensión natural de la forma en que se nos enseña a ver el mundo. A su vez, guiar es una forma de investigación iterativa que perfila y alimenta la práctica de la arquitectura.
Texto Eoghan Lewis, más información en Sydney Architecture Walks
No Comments