La galería James Simon de David Chipperfield Architects
Tras una larga espera, ha sido inaugurado un nuevo museo contemporáneo en Berlín: la galería James Simon de David Chipperfield Architects. El nuevo edificio lleva el nombre del comerciante judío, patrocinador y coleccionista de arte James Simon, quien fue un mecenas infatigable de los museos de Berlín y amigo de las antigüedades en el tiempo del emperador Guillermo II y más tarde durante la República de Weimar. Por ejemplo, él financió las excavaciones arqueológicas que llevaron al descubrimiento en 1913 del más famoso busto a nivel mundial, el de la reina Neferitti de Egipto, el cual poco después fue donado a la ciudad de Berlín.
La isla de los museos, patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 1999, consiste en cinco museos que fueron renovados y rediseñados durante largo tiempo, siguiendo el plan maestro. El Antiguo Museo, El Nuevo Museo, La Antigua Galería Nacional, El Bodemuseo y el Museo de Pergamon tienen actualmente un nuevo edificio que sirve de entrada central, que ayuda a acomodar y a distribuir de mejor manera a los visitantes. A diferencia de la pirámide de cristal del Louvre de Paris del arquitecto I.M. Pei, la entrada individual, nueva y central no ha sido creada, pero sí un edificio de servicio adicional que proveerá espacio para las funciones que hacían falta y ofrecerá a los visitantes no solo suficientes servicios, tiendas y cafés, sino una oportunidad para exhibiciones temporales y salones para conferencias.
Ojos hacia el cielo, pies en el barro
Para este uso poco espectacular, que ya ha sido descrito en la prensa como el armario más caro del mundo, David Chipperfield y su grupo de trabajo han diseñado un alojamiento que es al mismo tiempo clásico y ultra -moderno, cerrando de una manera artística el conjunto heterogéneo de 200 años de histórica arquitectura prusiana.
El camino no fue fácil, hubo muchas competiciones, diversas pruebas y problemas financieros que afrontar. Además, el suelo arenoso de Berlín es bastante traicionero y creó otros problemas para los fundamentos de la obra, lo cual retrasó la entrega siete años más y el costo de la obra se acrecentó al doble.
Pero todo esto ha quedado en el olvido, ahora ha salido del barro y flota en el cielo.
Con unas hileras de columnas e inmensas escaleras abiertas que se dirigen al sur del Lustgarden, Chipperfield logra crear un nuevo orden urbanístico de todo el complejo y una “invitación a la sociedad urbana”, tal como dicen los arquitectos. Además de la generosa y casi perfecta organización del flujo de visitantes, la instalación de una hermosa librería con paneles de madera, un área de exposición temporal contemporánea y un elegante auditorio, está especialmente el balcón de acceso público de la ciudad, que también está abierto después del horario de cierre de los museos.
Equipado con una cafetería / restaurante con vistas al río Kupfergraben, donde vive la Canciller, ya se ha convertido en uno de los lugares de reunión más populares para turistas y visitantes interesados en la cultura y los museos berlineses.
Texto: Thomas M. Krüger, GA Berlin
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