“Mies missing materiality”: Una intervención temporal en el Pabellón de Barcelona
Me estoy frotando los ojos por su apariencia tan inesperada. Los cierro y miro de nuevo. Blanco. Preciso, armonioso, poético como siempre. Pero blanco. ¡Solo blanco!
Ya hace mucho tiempo aprendimos lo de “less is more”. La reducción a la esencia. Espacio, proporción, luz. Tal vez también transparencia y construcción. De esto se trata en la arquitectura moderna, y el Pabellón de Barcelona diseñado por Mies van der Rohe es su icono por excelencia.
Probablemente ya lo haya visto mil veces, después de veinticinco años como guía de arquitectura en Barcelona. Con sol, viento, lluvias torrenciales, tormentas eléctricas, nieve. En la madrugada, durante el calor de la siesta o bien con luna llena. Y siempre estaba deseando volver a este lugar único. El pabellón alemán es la experiencia arquitectónica definitiva, sin par en todo el mundo y desde hace muchas décadas.
Una nueva piel para una percepción renovada
Pero ahora de repente es blanco. Durante unos días la pareja de arquitectos finlandesa-catalán Anna y Eugeni Bach lo cubrieron por completo con una fina piel blanca. El icono de la arquitectura, que ya se ha reducido al mínimo, aún mas esencial. Lo imposible aún mas evolucionado. Desmaterializado, distanciado, vestido. Lo que nos lleva al tema: la superficie siempre ha sido uno de los temas inherentes del pabellón.
¿Cuán profunda es nuestra percepción de la arquitectura en su materialidad? Una pregunta que hoy en día difícilmente podría estar más actual: la arquitectura a menudo está regresando a un decidido «estado de ánimo de carnaval» (Semper). ¿La superficie representa la construcción subyacente? ¿Transmite exactamente lo opuesto en el sentido de Semper y, por lo tanto, representa más vestimenta que parte de una unidad estructural? ¿O incluso funciona como una pantalla completamente separada del sistema constructivo, capaz de reproducir valores a discreción?
Neutralizando la materialidad noble
El pabellón con su revestimiento neutro repentinamente carece de la superficie que refleja el material. «La evolución de la cultura es sinónimo de eliminar los ornamentos de los objetos de uso.» (Loos) La luz y la sombra se destacan de manera nítida y sin precedentes. Las irregularidades más finas de la estructura precisa se hacen visibles. La doble pared translúcida pierde su poder sugestivo. Una piel fina cambia por completo la percepción del visitante.
Irritado echo de menos la noble materialidad – fascinado me sumerjo en la nueva realidad. Pero, ¿qué quiere decir “real” aquí? La obra oculta, a su vez es sólo una réplica del original demolido en 1930. White is more!
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Texto: Hans Geilinger, de GA Barcelona, que desde hace dos años es socio oficial de la Fundación Mies van der Rohe y lleva a cabo en su nombre todas las visitas guiadas oficiales en el Pabellón de Barcelona.
Primera imagen: «More minimal than ever before: The intervention completely transforms the way visitors experience the pavilion. Copyright: Adrià Goula».
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